lunes, enero 07, 2008

RáFaGAs dE cOnFiDEnciAS

Se asomó al pasillo y vio que la luz estaba prendida. A través del cristal traslúcido y rugoso, se veía una sombra y una nota que decía: Por la otra puerta, por favor.

- Toc, toc, ¿se puede?- él sonrió, y ella lo interpretó como un...- pues claro, tenía ganas de verte- aunque, en realidad, y tal vez alguien, ajeno a esta escena, lo podría haber interpretado como un...- joder¡¡ ahora que iba a trabajar, andaaaa pasaaaa-

No hubieron besos de cortesía ni apretón de manos como saludo, tan solo, una torpe bienvenida.

- ¿eres la madre de....?

Y un silencio enorme deshizo el entuerto.

A partir de ahí, empezó a disparar una ráfaga de confidencias detrás de otra, contando multitud de historias. Hubo un momento, en el que ella sintió que le avasallaba sin remedio, pero no podía parar de hablar, que si tenía un aparato que da electosocks, que si había dibujado las caras de Bélmez en la pared de su salón, que si le habían dicho carícias de esas que le hacen temblar las piernas, que si le habían mandado un Christmas de un buffete de abogados en el que prestaron sus servicios y que jamás le cobraron...

Él sonreía, y ella mientras se reía de contarle sus desdichas a este "intruso profesional", pensaba para sus adentros - ¿qué coño pensará este tío de lo que le estoy contando?-

Él aparentemente disfrutaba de la conversación, pese a que tenía que preparar una entrevista para 10 minutos después con una madre de verdad.
Y en un momento de la charla, y justo, justo ahí mismo, cuando ella, locuaz, describía la psicopatología de la vida cotidiana, pudo verla, sí pudo verla, pues efectivamente, y tal como ella describía, ahí estaba, pendida de un pelo de la crin de un caballo, sobre la cabeza de ella, afilada, la espada desnuda de Democles, representando sobre ella, esa enorme presión que sentía como reina, sin ser reina.

6 comentarios:

ybris dijo...

¡Ay! ¡Esa dualidad de las confidencias!
Cómo se disfrutan y qué poco se ve la espada de Damocles sobre ella.

Besos

libertad dijo...

Esta noche he soñado contigo y con tu mosaico....ahora te leo y me rió...en el sueño también había confidencias, de estas de la vida cotidiana...aunque creo que sin espada de Damocles.
Un beso

Anónimo dijo...

El mayor desvarío es el día a día, no hay duda, y la carga más pesada también, es sobrevivir un día tras otro.
De buen seguro el día a día de cada uno de nosotros puede ser a ojos ajenos de lo más surrealista e imposible, pero ahí estamos superándolo, sobreviviendo.

Un beso hermosa.

Churra dijo...

Pues yo que la veo como una mujer con suerte ...ya me gustaria entrar a mi , con mi espada de Damocles sobre la cabeza y soltar una buena parrafada a quien estuviera al otro lado de la mesa .
Un besazo

Edanmir dijo...

Si, hay veces que podemos soltar nuestras cosas y el "desconocido" que las escucha puede darse cuente de la magnitud de la confidencia. Si, yo también creo que es una suerte. Salu2

Anónimo dijo...

Anda, qué sorpresa. De oca en oca...
Te he leído y me gusta, me gusta.
Pasaré, lo prometo.
Saludos.