lunes, marzo 02, 2009
2 PanEs MuY CaLiEntEs
A veces cuando me desvelo, me gusta salir a la terraza.
El cielo empieza a clarear, y es entonces cuando aún en la penumbra se percibe el olor a pan recién hecho que sube desde el horno de abajo.
Me encanta ese aroma, cierro los ojos y soy capaz de trasladarme lejos, muy lejos de aquí.
Luego, abro los ojos, y como hipnotizada regreso a la habitación y te veo dormir, y me imagino que tú y yo somos dos panes recién hechos, apetecibles, pero tan calientes que necesitamos de algo o alguien que nos saque del horno antes de quemarnos, pues en ese estado el pan se echa a perder.
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