miércoles, julio 26, 2006

Sal Sapientiae

Las Sales son las encargadas de brindarle a nuestro organismo la cantidad necesaria de minerales para que este funcione correctamente garantizando un buen estado de salud.
La sal, un mineral considerado imprescindible en forma de sal de cocina y también utilizado en la conservación de alimentos corruptibles, ha sido uno de los elementos que ha movido la vida a lo largo de la historia.Ya en la antigüedad navíos cargados con sal de Egipto y Grecia surcaban las aguas del Mediterráneo y del Egeo y la paga de los soldados se efectuaba con bolsitas conteniendo sal (salarium argentum), de donde deriva la palabra “salario”.

Pero la Sal, tiene otras muchas acepciones, así pues, significa también ingenio, "salsus" (salado) irónicamente. Y del mismo modo Homero llama "divina" a la sal cuando se utilizaba también en sacrificios expiatorios y misterios para purificación simbólica. De hecho en la antigua Roma se ponía sal en los labios de los lactantes para protegerles de peligros. Por otro lado, decíase que los demonios abominaban de la sal y todavía en leyendas relativamente recientes acerca del "sabbat de las brujas" se dice que, en el banquete que se ofrecía, todos los manjares eran sin sal. Sin embargo, también se relaciona esta “mágica arena blanca” en otros conceptos simbólicos, por ejemplo, "sal sapientiae", sal de la sabiduría, "con un granito de sal" (lat. cum grano salis) significando en este caso que hay que consumir algo sólo con prudencia, "convertirse en estatua de sal" que hace referencia a la mujer de Lot en la destrucción de Sodoma y Gomorra , en la que volver los ojos al pasado es asumir el riesgo de convertirse en estatua de sal... sí, pero también de conocernos, de conocer lo que fuimos o lo que fue...
Es por todo ello, que tras unos días de vacaciones muy "salados" me pregunto...¿qué SAL le pondré a mi vida? ¿y tú? ¿Qué SAL quieres para tu vida?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

eso mismo nos tenemos que preguntar todos, porque la vida es un soplo

Rafa dijo...

Y treinta años no es nada
y febril tu mirada...

La sal sirve también para mantener el fuego despierto
o para que el hielo no se derrita.
En las heridas, la sal escuece
y aumenta el dolor, pero ya se sabe...
sarna con gusto no pica

Anónimo dijo...

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