Andaba por casa, sin rumbo, resistiéndome a planchar las camisetas que duermen arrugaditas desde hace tres días en una de las sillas de mi salón.
He abierto la nevera con la esperanza de encontrar algo “bueno” pero, al final, ese pensamiento que me invade todos los otoños y que me dice….qué ya está bien. Hombre, a ver qué coño te comes ahora, es qué no has comido bastante¡¡, ha hecho que me decante por un yogurt de esos que se beben y que te darán muchas energías pero que para nada te quitan el hambre.
Me estaba cagando en todo.
- Dios mí¡¡ que sueño….esta tarde me voy a hacer una siesta…que hasta voy a soñar¡¡- pensaba esta mañana
Pero ni gota de la deseada siesta. ¿Qué por qué…? Pues mira, en fin, cosas de la vida y bueno, sí también de tener una vecinita “niña flautista de Hamelín”, y una mamá de susodicho elemento carente de sensibilidad para con el vecindario….a veces me entran ganas de meterle la flauta por el ….(mejor sin comentarios).
Así que a mi mala leche del lunes otoñal, le tenéis que sumar, la malograda siesta, la puta plancha y en fin…el pensar que mañana es martes en vez de viernes.
Pero bueno…aquí no acaba todo, pues resulta, que cuando andaba murmurando a mis anchas de mala manera, ha sonado el maldito teléfono, he estado a punto de no cogerlo, porque además el número no lo conocía y he pensado de manera muy positiva:
- Nada, que se han propuesto que no duerma la siesta, seguro que son los cabrones de telefónica¡¡
- DIGA¡¡
…y bueno…solo has dicho HOLA, y…qué sorpresa ¡, te he reconocido enseguida, a pesar de mi falta de descanso vespertino. Para nada esperaba la llamada, es más pensaba llamar yo, porque estaba convencida de que tú no lo harías…pero ...ya ves…mi mala leche y yo nos hemos equivocado, y bueno…me ha encantado esa capacidad de sorprenderme que tienes, la verdad que me he alegrado mucho, lo suficiente como para disfrutar de un yogurt desnatado, de esos que no saben a “ná “ a menos que le eches un kilo de azúcar, y de planchar camisetas…(bueno, de esto último no he disfrutado, tampoco hay que exagerar, pero sí es verdad que hasta el yogurt insípido de mi merienda se ha convertido en algo sabroso).
….Y es que a veces lo más pequeño es lo más grande….
6 comentarios:
Siento lo de la siesta, solo yo, un siestero, comprende lo que jode intentar dormir y oir ruidos por todas partes que no te dejan conciliar el sueño. Y más cuando la noche anterior no has dormido nada o estas cansado.
Los vecinos toca-morales hay en todos sitios, sé que no es un consuelo pero si no es una niña con una flauta es el típico vecino que pone la música a mil en horas clave.
Pero bueno ... después todo se ha arreglado con esa llamada ¿no? ^^
PD: Siesta derecho constitucional YA!
Salu2^^
Totalmente de acuerdo con "watashi" con eso de la siesta... ;)
Qué mal tu día, parece que nadie se salva de esos días en que todo parece confabulado para que sea una mierda no?, pero a mí también me sorprende cómo aveces cosas tan simples como una llamada de la personas justa basta para olvidar todos los malos ratos... A mí también me gustaría recibir esa llamada, esa que espero hace tanto... :(
Un beso,
Soltaire
Plantéate lo de la plancha como un rato de actividad sexual... ¡porque hay que ver lo que JODE!
Me has recordado que aún me quedaba un poco de la tarta de mi cumpleaños. Me la estoy comiendo, y esta buenísnima.
Bueno, parece que la tarde al final se alegró. Por cierto, mañana es miércoles ... 2 días para el viernes ;-)
Siempre lo más pequeño es lo más grande.
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