Aquella noche de 1736 en que el cirujano canadiense J.Belchier cenaba con un amigo, notó algo extraño en la carne porcina que les estaban sirviendo. Los huesos que quedaron en el plato, eran rojo intensos y no blancos como era de esperar. Tras cuestionar a su anfitrión que se dedicaba al tinte y estampación de tejidos, Belchier supo que el tintorero alimentaba a sus cerdos con grano mezclado con un tinte rojo elaborado con las raíces de una planta utilizada para colorear tejidos.
Al poco Belchier comenzó a alimentar a sus pollos con dicho grano, y descubrió en sucesivos banquetes,que efectivamente los huesos de sus pollos quedaban tintados de este color.Tras diferentes experimentos, descubrieron que el hueso crecía, y que la parte roja era la parte más nueva, la más reciente, pues debajo de esta capa seguía existiendo el conocido blanco de los huesos.
Pues bien, un poco así nos pasa a las personas, ya que si nos "alimentamos bien", somos capaces de crecer, y de impregnarnos de colores. Ahora bien, hay que tener cuidado con el tinte que nos echamos, pues hay colores que favorecen más que otros.
No hay que olvidar, que al fin y al cabo, los restos esqueléticos son los que proporcionan a la postre las únicas claves de un pasado cuando son examinados como pruebas de identidad e historia.
15 comentarios:
Lindo paseìto me di por tu casa, un gusto conocerte y reflexionarè acerca de los colores que deseo tener:)
Un abrazo, Dulcinea
Es curioso lo que cuentas. Muy curioso. Esa cabecita inquieta...
Pensaré sobre ello.
Un beso
Me gusta ese color que favorece, el de saber que eres lo que piensas y en lo que crees....
Si no te retroalimentas, mueres.
Un beso,
Ofelia
Hay que nutrirse de los colores que nos alegran la vida...
Un saludo, Dulcinea
Pon color en tu vida =) ... Me pido el verde!...esperanza, claro^^
La verdad que me importa un carajo el asunto de los huesos...yo seré ceniza, polvo y humo...que revisen al salir si salgo rojo o negro..a lo mejor salgo tintado de la bandera repúblicana...que me viene al pensamiento ahora...besos condenada forense...que estamos en primavera cariño!
Más que en los huesos importa quizás el color que ponemos en las miradas.
No hay que esperar tanto para verlos.
Un beso.
Pues tendremos que inlcuir en la dieta al arco iris, para que nuestros huesos luzcan todos los colores.
Me gustó tu blog.
Besos.
Y es que no basta nutrirse, hay que saber hacerlo bien para que tenga las consecuencias deseadas :) pero también hay que cuidar la base; la esencia, porque hay casa que sobreviva con un bonito tejado sin unos buenos cimientos ;).
Gracias por el interesante post.
Y esa buena 'dieta' ha de ser variada, equilibrada y rica en risas, afecto y buenas compañías
A mí me gusta el color que has elegido para ti, me da que es muy parecido, si no igualito, al que hay debajo ;).
Besos coloreados para vos hoy!
Por cierto, he visto los colores nuevos que le has dado a tu blog, y me parece que ha quedado muy chulo (a ver si me enseñas cómo hacerlo)
Besos!
Miedo me da pensarlo, que por los siglos de los siglos al ver mi esqueleto repitan ¡¡¡vaya marrones se trago esta!!!!!.
Empiezo hoy mi dieta de colores primaverales .
Besos
....vaya, que curioso.... pero para la época debía de ser todo un fenómeno que los huesos fueran de otro color.... vaya manera de despistar a Grison.... XDDDD
Je, je, je... Díselo a Grisom y los del CSI.
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