Clara y su clarividencia, sabían que esa mirada les iba a traer problemas. Pero, Clara quería sentirse libre, y quería ser mirada.
Al principio le costó hacer callar a ese sexto sentido, pero por fin lo consiguió, pues otra de las cualidades de Clara es su “clara persistencia”.
La mirada de Clara (al igual que ella) atrapa. Clara sabía que ser explorados por la mirada es una experiencia que nos puede llegar a inquietar cuando no nos consideramos anónimos objetos del paisaje, y ella se valía de eso. Sin embargo, esta vez, encontró un observador de mirada azul que la miraba con mayor interés que el del puro pasear la vista de un lado a otro, y fue ella la que se sintió inquieta. Y Clara, se dejó mirar, se dejó escrutar y ya no fue preciso definir un sentimiento para sentir o inventarse una pregunta para responder.
¿ Y es que…qué tendrán las miradas?¿qué tendrá tu mirada?
5 comentarios:
La mía tiene poco más de una vulgar hipermetropía de la que quisiera deshacerme, pero es cierto que hay miradas que escrutan, analizan, taladran y a veces enamoran.
Besitos.
Pues no sé, pero son las únicas, junto con las sonrisas, de derribar muros.
En mayo y junio publiqué unos cuantos escritos sobre "ojos y miradas" y siempre me ha parecido que la mirada es una exquisita forma de comunicación.
Quizás sea porque, incapaz como soy de mirar a los ojos, añoro una mirada clarividente como la de Clara o la Nicolas Cage a Meg Ryan en "Ciudad de los ángeles".
Con lo cual queda dicho que la mía es pobre porque sabe lo mucho que podría ser si se liberara.
Besos.
La mirada habla alto y claro sobre uno. Puede aprenderse a disfrazzarla, a vestirla de otro significado, pero tarde o temprano acaba desnudándonos.
Por algo los jugadores de poker usan gafas de sol. De la mía yo no puedo decir mucho, está perdida en alguna parte y aún no la he encontrado.
Gracias por tu visita, y no te creas todo lo que digo, que algunas veces no cuento toda la verdad...
Un beso.
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