- ¿y bien? ¿me lo vas a contar o no?
-¿qué quieres que te cuente?
- Sólo lo que tú me quieras contar, pero recuerda que cobro por esto- le dijo con un guiño. -
...El humo envolvía el ambiente. Los camareros uniformados y ajenos a todo aquello, iban y venían con las bandejas llenas. Los minutos, y después las horas iban pasando y la cucharilla del café que esta vez servía para remover un zumo de naranja, bastante amargo por cierto, fue testigo de aquella conversación, que aunque tarde, fue.
-Bueno...a veces duele, porque son demasiados ¡ qué más da¡, pero.... hay que vivir como se piensa, porque si no, acabas pensando como se vive... ya has llegado hasta aquí, ahora no te rindas.
... Ella sonrió, al tiempo que se le resbaló una lágrima. Pagaron la consumición y con un beso se despidieron en la puerta de aquel local.
5 comentarios:
¡Qué más da!
Es la frase que conduce a dejar de vivir como se piensa y a empezar a pensar como se vive.
Y si a todo le quitamos importancia, ¿cómo vivimos?
Una vida sin compromisos, no ya con otras personas, sino con uno mismo.
un abrazo (espero que no te de igual)
precisamente por mi NO indiferencia, surgen todos mis males...així es la vida¡¡
Gracias por tu opinión y tu visita.
La no indiferencia, nunca puede ser malo aceptarse a un@ mism@..si eso te hace pasarlo mal imaginate lo que te pasaría si no te aceptaras...un beso dulci.
La NO indiferencia te hace humana. La NO indiferencia te hace viva.
La NO indiferencia te hace comprometida.
La NO indiferencia te hace atractiva.
El relato es precioso.
Un beso
¿Y en qué consisten tus males? Estoy de acuerdo en que hay que vivir como se piensa, pero conseguirlo es todo un arte. Si el hacerlo te supone problemas o disgustos hay un fallo en el enfoque o en la materialización. Lo dicho que conseguirlo es encaje de bolillos, todo un arte.
Un besito.
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